mardi 25 juillet 2023

CAMILO, TU VOZ (1971)

 

"Yo me he incorporado a la lucha armada. Desde las montañas colombianas pienso seguir la lucha con las armas en la mano, hasta conquistar el poder para el pueblo".

                                                                                                                                Camilo Torres Restrepo

I

Si de un momento para otro
pudiera yo nacer en cada espiga de la tierra
y romper con mis uñas
el asfalto de las espaldas;
si pudiera llorar y luchar de nuevo
frente a la estatua de la historia
y besar la cruz
en la mañana del incienso;
si pudiera subir
las escalas de la cordillera
y mirar lo exuberante de tu figura;
si pudiera decir
que el momento
apenas llega:
subiría con el fusil al hombro
hundiendo la argamasa de América,
llevaría mis ojos rojos
como la sangre de las azucenas,
cantaría de nuevo el dolor del hombre
y sobre el sudor proletario de tu piel
moriría por tu libertad América Escondida.

Aquí nacio tu voz, Camilo,
con la fuerza de la lava
en los volcanes,
con la fuerza de los rinocerontes
y los hipopótamos,
con la fuerza del sol
y de la espiga de trigo.
Camilo de sal,
los inocentes te oyeron
en las plazas
con tus oídos atentos,
otros te oyeron
con oídos y ojos moribundos.
Camilo de sal,
trajinaste la epopeya
de la tierra
con la historia en las manos,  
recorriste las montañas clausuradas
y las manos fundidas,
y las espaldas arrumadas en polvo,
y los músculos lacerados
y las miradas lánguidas de azúcar.
Recorriste tu América, Camilo
con el sudor de la frente,
con el pedestal de la espalda,
así como siempre Camilo,
Como Galán, como Ernesto, el guerrillero.


II


Y tu voz franqueó el aire contaminado
de los trenes-cárceles
donde llevaban a tus compañeros.
Recorrió como la voz de Marx,
recorrió como el grito de Tupac
de casa en casa,
de puerta en puerta,
recorrió los zancudos
y los ictiosaurios,
las langostas y los comejenes,
con el volar de la gracia.
Y te oyeron aquellos
que clausuraron
la voz de José Antonio y Ernesto
y pensaron que la espada
era fuerte y poderosa,
que la noche sería día
sobre los bosques de roble,
que la luna sería sal
sobre la sangre de tus hombres.

Y pusieron tregua a tus palabras, Camilo
y seguiste en la mina de hierro
sacando tus negros,
y en la universidad empujando
tus jóvenes
y en la fábrica Company
tomando café con los obreros.
Y te mataron Camilo
ibas con el fusil de acero
y las balas cortaron tu épica
de panela y yuca.
Te mataron Camilo
sobre el barro nefasto,
sobre los esqueletos postreros de tus hombres
y hoy todavía vives en la voz,
en la palabra, en la mirada,
en el ideal de tu hombre americano.


                                                            1971


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