samedi 14 novembre 2009

SOBRE NADA PERPETUA, DE EDUARDO GARCÍA AGUILAR


Por Rodolfo García. (Tomado de Vagón poetas)


El cuadernillo número 68 de la Colección Viernes de Poesía de la Universidad Nacional de Colombia lanzado en el mes de Agosto trae la escritura poética del escritor Eduardo García Aguilar. Sobre el maestro mucho se ha dicho ya, por vez primera nos adentramos a la poesía y una constante se dibuja, la estructura discontinua del signo, del momento, de la imagen.
Se concentran palabras a través de un viaje, sea histórico o subjetivo, en las mansiones majestuosas de la mente de quien mira, a quien se llama poeta.

Pese a que intentaste besarla frente al Duero,
la bella ha aceptado viajar contigo hacia Lisboa.
Entonces el vagón está lleno de complicidad y esperanza.
La colega de oscuros lentes escribe cartas de amor
y Portugal ya no solo un nombre lleno de mares
y ruinas espléndidas.

La reseña o el poema de un viaje que se fecha por 1998, el escritor sabe explotar las dos posibilidades. Así nos encontramos en repetidas ocasiones como en el poema "Tranvía fantasma de Lisboa". Donde se sigue dibujando la línea histórica que todos los signos sufren, que puede ser maravillosa y a la vez ruina, espanto y pasado.


Tranvía fantasma de Lisboa
con sonidos eléctricos de otro siglo
emitidos por almas naufragadas en Atlánticos
Fantasmas de Chiado
armatostes dinosáuricos
que bajan y suben por callejuelas
asustando al niño que aún nos queda

El poeta no está obligado a ser una mirada serena, madura y a la altura del sentido perfecto, es disfuncional, con miedos, vidente invidente, pregunta que no es pregunta y respuesta. El escritor superpone todos los sustantivos con un sentido claro y prístino, un elogio a la disarmonía, parafraseando al crítico italiano Gillo Dorfless.

¿ Es el poeta una una extraña antena superpuesta al volcán
o acaso un payaso solitario derretido entre sus colores...?

El que escribe es consciente de eso, que no decreta, no sana, no recrea, solo anota como cronista, periodista presuroso en la lentitud de los dedos del tiempo. Y pasea por todos los intertextos de la historia que la realidad física le ha posibilitado o sus lecturas, porque el escritor nada perpetua, solo yace allí, deteriorándose de manera magnífica al igual que la imagen o el recuerdo.El poema que da nombre al cuadernillo es buen ejemplo de tal.

Nada quedará de tu aventura: sólo cenizas a tu alrededor
vuelve entonces a tus orígenes aunque sea tarde
y chilla en la aldea o en tu proa de navidad.

NADA PERPETUA
EDUARDO GARCÍA AGUILAR
36P. COLECCIÓN VIERNES DE POESÍA.
UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA.
ISBN: 978-958-719-283-4

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